.if all the lonely nights.

.if all the lonely nights.

Venga, va.

.if all the lonely nights. es un juego basado en una experiencia personal, una que me ocurrió a mí mismo una madrugada de la primavera de 2024, en Málaga. 

Lidiar con depende qué sentimientos siempre me ha resultado complicado —aunque estos no sean necesariamente desagradables ni tristes— y, para mi sorpresa, he encontrado en los videojuegos una manera de canalizar este chorro a presión de pensamientos complejos. 

Si en algún momento os sentís atropellades por las emociones que os generan determinadas situaciones, os animo a intentar crear algo con todo eso. Aunque no tenga por qué ser un jueguito, redirigir toda esa potencia expresiva hacia un ejercicio creativo puede ser una forma maravillosa de desahogarse. Y, si lo hacéis y sentís la necesidad de compartirlo con alguien, os animo a mandármelo (podéis contactarme por Twitter). Estoy seguro de que me encantará.

Sobre el juego, está desarrollado con Narrat, una herramienta bastante chula y accesible. Además, el sonido de pasos está sacado de aquí.

(NdE: en realidad, la conversación con la pareja transcurrió en inglés, de manera que si hay alguna frase que no os termina de sonar natural seguramente sea porque en mi cabeza lo he traducido directamente. Pido perdón con antelación [menudo pareado])

Un besín <3

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¿Fin de esta sección escrita? Podría ser, pero no. No os voy a engañar: soy incapaz poner un apartado para los créditos dentro del juego, así que como son cortitos he pensado que lo más sencillo es escribirlos aquí abajo. Muchas gracias por llegar hasta aquí y, por supuesto, por jugar al juego. 

CRÉDITOS

Idea original, arte, diseño, narrativa y programación: Américo Ferraiuolo (Pardillo)

MÚSICA

Tik Tok - Kesha (2012)

all the lonely nights in your life - Teen Suicide (2018)

AGRADECIMIENTOS

A Víctor, por prestarme la chisma para hacer los dibujos

A Keno, por ser el mejor amigo con el que alguien podría soñar.

A Fran, por el apoyo y la comprensión en las noches más solitarias.

A Ari, por soportarme, por creer en mí cuando yo no lo hago y por enseñarme a ser la mejor versión de mí mismo.

Y, por último, a la chica que en una fría noche primaveral me trató con cariño y me dio una mano a la que agarrarme antes de caer al abismo. Estés donde estés, gracias.